Soy Carmen y conocer a Inma ha supuesto un cambio emocional en mi vida. Su calma, su sonrisa permanente, su paciencia y su amor por lo que hace, te ayuda a superar muchas de las cosas que llevamos en la mochila, que pesan demasiado y no sabemos cómo soltar. Gracias por haber aparecido en mi vida y haberme ayudado a ver las cosas de otra manera.

“Cuando conocí a Inma, fue un regalo para mí como amiga. Después, además de amiga, se convirtió en algo más. En una terapeuta, en una coaching, en una guía emocional y espiritual. No sé qué nombre ponerle y creo que es lo menos importante. Lo importante es que me está ayudando a ponerle nombre a mis fantasmas, a buscar a la verdadera Valle y a sacarla a la luz. Me está enseñando a quererme, a cuidarme, a estar pendiente de mí, a ponerme por delante, por encima… Y eso ahuyenta a los fantasmas y me permite mirar la vida de otra manera y me ayuda a amar de forma nueva y a levantarme cada mañana y sonreírle al espejo… Por eso, solo puedo dar gracias a quién me puso a Inma en mi camino y a Inma por querer acompañarme en él.”