Se acerca la Navidad, ya estamos inmersos en el jaleo, las luces, los villancicos, el turrón, las reuniones con amigos, familia…y por encima de todo eso, la invitación a compartir, a estar con aquellas personas que eliges disfrutar de tu tiempo, a escribir a quienes no tienes cerca o no ves tan a menudo y sobre todo, la sensación y la certeza en tu corazón de saber que es un tiempo diferente.
Cada uno tiene diferente percepción de la Navidad, son muchos los que afirman que no les gusta, que se trata de compromisos, de falsedad e hipocresía, de consumismo y más definiciones de este tipo, pero sólo cuando has perdido a un ser querido, sobre todo en las primeras Navidades después de su muerte, te das cuenta de lo que de verdad significa la Navidad, porque ya nunca serán iguales a ninguna de las anteriores.
Si estás en esta situación o la has vivido, seguramente, llegarán a ti, sentimientos de contradicción, por un lado lo que te apetece hacer y por otro lado, lo que los demás esperan que hagas. Es muy probable que te apetezca desaparecer, que estos días pasen rápido, deseas levantarte un día y que sea 8 de enero para volver a la rutina y no tener que pasar por todos esos días sintiendo la ausencia del ser querido.
Otra opción es marcharte, buscar un lugar donde no haya recuerdos de momentos compartidos y si es posible sola o con personas que no tengan que ver con tu círculo cercano, de esa manera, evitarás comentarios o referencias a esa persona que echas de menos.
Si tiene niñ@s, ellos serán tu apoyo y muy probablemente, encontrarás en ellos, la fuerza necesaria para pasar estos días, porque dirás y te dirán, los niñ@s son niñ@s y ellos se merecen disfrutar de estos días, ellos no tienen por qué sufrir, ya tendrán tiempo cuando les toque a ellos vivir sin su ser querido.
Sin embargo nada de esto sirve, porque quienes hemos pasado un duelo, sabemos que estos días, son tristes porque duele mucho la ausencia del ser querido, porque no nos gusta sentarnos a la mesa sin él/ella, porque son muchos los recuerdos y duele hablar de ello.
Sientes el nudo en la garganta y todo el mundo evita hablar para no provocar un llanto colectivo.
No puedes hacer que el tiempo pase más rápido, meterte en la cama esperando amanecer después de las fiestas tampoco es la solución, irte lejos, cambiar de lugar, de compañía, ayuda en el exterior, pero el vacío está en el interior, y ese va contigo allá donde vayas y allá donde estés. Por supuesto, si tienes pequeños en casa, ayuda, pero ell@s también perciben el duelo en el ambiente y saben lo que sucede, es más, deben saberlo.
Por lo tanto, ¿Cuál es la clave para pasar la Navidad sin nuestro ser querido?
Pues sencillamente, SER, estar presentes, con lo que surja. Estás en duelo y eso es una realidad, hay que tomar ese tiempo para integrar la pérdida, aprender a convivir con ese lugar del sofá vacío, con la mirada que aterriza en su foto, en sus llaves de casa, en su teléfono, en cualquier objeto o lugar está…y así es, está en todos los lugares, de otra forma, está donde tod@s vamos a llegar un día, porque esa es la realidad.
La certeza de la muerte, es lo que puedes usar como herramienta para disfrutar de la vida, llora lo que necesites, habla de él/ella, aunque provoque llanto, nombrarlo, recodarlo, da sentido a la existencia de esa persona, y seguramente acabará entre risas, recordando los buenos momentos compartidos y eso, también le hará sonreír a él/ella desde el plano en el que está.
Date permiso para enfadarte, deja que salgan las emociones para liberarte, pero ten claro el objetivo, tu objetivo: VIVIR
Eso es lo único que podemos hacer para honrar a nuestros seres queridos. Porque un día, ya no estaremos más y no habrá posibilidad de disfrutar de más Navidades.
La muerte forma parte de la vida y es normal todos los sentimientos contradictorios que suceden en estas fechas, pero recuerda que lo que no experimentes hoy, no podrás hacerlo mañana, porque cada momento es único e irrepetible, porque la vida sucede ahora y no sabemos cuándo va a terminar.
Pon límites, haz lo que sientas desde tú corazón, ten paciencia contigo, date cuenta del momento en el que estás, respeta tus tiempos, pero sobre todo no dejes de vivir, ese es nuestro regalo más bonito.
Te deseo una consciente preparación para afrontar estas fechas respetando tu momento de duelo. Ya sabes que si necesitas una mano donde agarrarte para transitar este periodo, la mía está disponible. Un abrazo de luz.
