Hoy 15 de mayo celebramos en Madrid la festividad de nuestro patrón San Isidro. Quiero hablar de él para honrar su labor como agricultor, es patrón de los agricultores y considero necesario, dar la importancia que merece el campo y todos quienes trabajan en él. Poner atención a la Tierra, a sus frutos, a todo lo que nos brinda, a los ciclos que en ella suceden. Si observamos con atención la naturaleza, encontramos muchas respuestas. Estar atentos a las señales que ella nos brinda, señales sencillas pero que nos invitan a volver a conectar con la esencia de la propia vida, por ejemplo, dejar de hacer caso al parte meteorológico, salir a pasear, pisar la tierra, si ves hormigas, significa que no va a llover, sin embargo, si no las ves, ten claro que va a llover.
La Tierra nos sostiene, nos alimenta, nos trae al momento presente, pisar la tierra con los pies descalzos, te une a ella y te coloca en tu espacio vital. Si te paras y dejas unos minutos de atención al cuerpo, verás como todo tu cuerpo se va colocando y vas creciendo desde los talones hasta la coronilla.
Por otro lado, a San Isidro se le reconocen varios milagros, el que quiero contaros, es el de mantener su cuerpo intacto después de años de ser enterrado en una fosa sin lápida, donde permaneció casi olvidado de todos, hasta tal punto que en tiempo de lluvias un arroyuelo penetraba en su interior, inundando la sepultura.
Después de cuarenta años, su cuerpo fue localizado milagrosamente, según creencia popular, por revelación divina, encontrándose incorrupto y siendo trasladado al interior de la iglesia. Actualmente se encuentra enterrado en La Colegiata de San Isidro de Madrid.