Hay un dicho muy extendido y aceptado en la sociedad que dice “No valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos” ¿estás de acuerdo?
Pasamos por la vida haciendo planes de un día para el otro, a corto, medio o largo plazo, forzando nuestro cuerpo y nuestra mente a ir a más, a ponerlo al límite para llegar a “todo” cuanto queremos llegar. Nunca pensamos en que somos finitos, que nada es para siempre y que de un momento para otro la vida te puede cambiar y ponerte tu mundo boca abajo. Sólo tomamos conciencia de esa finitud cuando nos pasa algo, en general, malo.
Entonces, cuando algo malo sucede, es cuando ya queremos que se acabe el juego, ya queremos recoger e irnos a casa, porque lo que está sucediendo no nos gusta.
El crecimiento y desarrollo transpersonal, te entrena para que construyas tu vida en base a tus valores, a lo que tú eres en esencia, a desarrollar la confianza en que tú puedes cambiar lo que quieras que sea cambiado. Se trata de dejar la distracción y centrarte en tu vida para que sea conforme tú la diseñas.
Para comenzar, debes identificar los valores que sostienen tu vida. Los valores humanos pueden ser: Amor, amistad, bondad, confianza, justicia, libertad, paz, respeto, tolerancia… la recomendación es buscar los que más te resuenen y ponerlos en la base de tu vida.
A continuación, definir aquello que te mueve y que de verdad te importa, el objetivo, es llegar al final de la vida, sin “arrepentirte” de haber dejado de hacer, escuchar, compartir, tiempo o espacio con las personas que quieres o contigo mismo.
En definitiva, de lo que se trata es de vivir de una manera consciente, valorando lo que tenemos en cada momento y dejar de lamentarnos cuando lo perdemos. Si se ha disfrutado y actuado desde el amor y la coherencia en la vida, no importa soltar o terminar, porque entendemos que son ciclos, que la vida es cambio y que son las reglas del juego.
Feliz vida.
