¿Quién no ha respirado profundamente en algún momento de tensión, de estrés, cuando te has dado cuenta de que algo se escapa de tu control y has usado esta respiración para contar hasta 10 antes de contestar…?
¿Quién no ha suspirado ante algo que desea o ante alguien que te ha dejado con la boca abierta?
Has usado intuitivamente la respiración acelerada para activarte antes de comenzar una tarea que requiere un esfuerzo físico o quizá has alargado la expiración para relajarte a la hora de conciliar el sueño. También has usado la respiración para entrar en calor haciendo vaho y llevándolo a tus manos. Como ves el aire que entra y sale de tu cuerpo tiene muchas utilidades en tu día y la mayoría de ellas las hacemos de manera automática. Ahora la ciencia avala todas estas técnicas, la forma en la que respiramos influye directamente en la actividad cerebral, sobre todo tiene impacto en la memoria, la atención y en la expresión de las emociones
Por lo tanto, nuestro bienestar a nivel emocional se verá beneficiado si tomamos conciencia de cómo respiramos
Te recomiendo un vídeo de Nazareth Castellanos. sobre la neurociencia de la respiración, donde nos habla “de la relevancia que tiene la forma en que respiremos para la cognición y emoción.” Analiza además la diferencia entre la respiración bucal y la nasal para el cerebro y describe la importancia de las técnicas de respiración para el control de la cognición (atención y memoria, por ejemplo) y de la expresión de las emociones.
No te lo pierdas, muy divulgativo y con contraste científico.