Vivimos con la sensación de que es un bien escaso, de no disponer de mucho para hacer todo lo que nos gustaría, de ir corriendo para llegar a TODO, con el ‘no me da la vida’ siempre por delante.
Así van pasando las horas, los días, los meses y de repente, un día, te miras en el espejo y ves que ya no eres aquella persona joven que en algún momento comenzó a correr, a veces también ocurre, que alguna experiencia de la vida, te obliga a parar, es entonces cuando tienes la oportunidad de plantearte ¿ en qué estoy invirtiendo mi tiempo?
Los griegos tenían dos palabras para definir el tiempo: Kronos y Kairós. Kronós es el tiempo tal cual lo conocemos, el tiempo del reloj de muñeca o de móvil, por el que nos regimos y el que marca y controla nuestra vida. Se mide en cantidad y normalmente se asocia con escasez. Es el “hacer”, parece que si no estás haciendo algo estás perdiendo el tiempo.
Kairós, se mide en calidad, es el “ser”, el como hago las cosas, como participo en él. Es el momento donde las cosas especiales suceden. Es cuando el reloj se detiene para dejarte sentir ese momento con todos los sentidos. Es activar el modo #mindfulness. Estar presente en cuerpo y acompañarlo con tu mente. Vivimos en la era de kronós, incorporar a kairós en nuestra vida nos permitirá dejar de tener esa sensación de escasez para comenzar a conectar con la abundancia. El tiempo en realidad, no existe. Sólo existes tú y el modo en el que decidas emplear tus recursos.
