Hace ya algún tiempo que decidí cambiar la manera de preguntarme las cosas, en vez de “por qué” me pregunto “para que”. Y esto es, porque aprendí que toda experiencia encierra un aprendizaje, a veces te das cuenta de manera inmediata y otras más tarde, pero finalmente aprendes. Y más vale que sea así, porque si no, esa situación se repetirá en tu vida hasta que integres el mensaje que trae para ti.
Cerrar cada ciclo es importante sobre todo para seguir tu camino de manera libre, en paz. Para tener seguridad de que hiciste todo lo que estuvo en tu mano. Para seguir adelante sin que lo vivido nos afecte, ni invada nuestro presente.
Es un trabajo de aceptación, aprender a vivir en el ahora y aceptar que el pasado no existe y que el futuro es incierto. El aprendizaje por su parte, sí permanece, integrarlo en tu vida te ayuda a dirigir tu camino de un modo diferente.
Toma una inhalación profunda, conecta con tu respiración, exhala y permanece presente.
Analiza cuáles son tus pensamientos en este momento, cuales eran hace una hora, ayer, hace una semana… probablemente serán los mismos. Mira cuánto tiempo llevas esperando a que algo suceda, y en las múltiples maneras de reaccionar que tienes premeditadas, si esto pasa, hago esto; si esta persona me dice lo otro entonces yo contestaré con aquello; en el mejor de los casos, de que esa situación suceda, probablemente no será de ninguna de las formas que has pensado. La otra posibilidad, es que esa situación nunca ocurra…
Busca dentro de ti, cual es el pensamiento que ha ocupado tu mente durante más tiempo y en qué momento cambió a uno nuevo. ¿Cerraste el anterior? ¿O simplemente dejaste que uno nuevo ocupase su lugar sin darte cuenta de este cambio?
Normalmente nos enredamos demasiado en pensamientos, deseos, conflictos, incluso afectan a nuestro descanso, impiden que durmamos con tranquilidad, que mantengamos el orden en nuestros hábitos alimenticios, hacen que modifiquemos nuestra forma de relacionarnos con el mundo… y una vez que pasan, que se resuelven o no, pasamos a otro nuevo pensamiento que nos vuelve a ocupar sin darnos cuenta de que el otro ya ha pasado.
Cerrar es perdonar, agradecer y enviar la experiencia a la papelera de reciclaje, visualizando la carpetita amarilla viajando en el espacio mientras dices, gracias por acompañarme y por lo aprendido, ya no te necesito, ahora márchate.
Ser conscientes de nuestros pensamientos y cerrar cada uno de ellos se refleja en nuestra vida. Hacemos lo que pensamos, por lo tanto, si creas ese hábito en tu mente lo proyectarás en tus actos.
Cada vez que experimentes un cambio en tu vida, por mínimo que sea, agradécelo, toma un instante para cerrarlo y sé consciente de que empiezas uno nuevo.
“La música no está en las notas, sino entre las notas” Claude Debussy
Es el vacío que hay entre las notas lo que nos hace disfrutar de la música, lo mismo ocurre en la vida, sólo existe en el vacío entre pensamiento y pensamiento.
Inhala el futuro, exhala el pasado y RESPIRA en el presente, el único lugar donde existe la vida.
Namasté
